Hasta
hace poco tiempo existía el libro de reclamaciones, hoy ya no, para eso está
Internet.
Si
te duelen las uñas de los pies, lo publicas en Internet, y a los pocos minutos
ya sois un grupo para manifestaros en la Puerta del Sol.
Si
te despiden porque has mirado bien a la secretaria, coméntalo en Internet, y ya
tienes motivos para ir a Sol.
Puede
que tu no mires de reojo a la compañera de la mesa de al lado, pues eso es una
falta muy sensible y te puede acarrear un despido por falta de comprensión. Al
llegar al trabajo, si coincides con una compañera, si le cedes el paso en el
ascensor, ten cuidado, puede que piense que le estás allanando el camino para
otras cosas, y así comienzan los malos pensamientos. Seamos cautos.
Todos
queremos más `prestaciones, todo s tenemos derecho a vivir como reyes, ¿por qué
no pedirlos? Esta es la obligación de cada cual, pedir lo que crea justo. La
otra es qjue tengas derecho a ello, y la otra es que te hagan caso. Y si no te
hacen caso en ningún lado, pues te pones
en una esquina con un cartelón grande, pidiendo lo que te haga falta, que puede
que pase alguien que te mire. Y si no estás conforme con alguna sentencia,
llamas a los amigos de Internet, y en pocos minutos te preparan carteles para
todo, y a la calle.
Trotamundos
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