domingo, 20 de mayo de 2018

El libro de quejas





         Hasta hace poco tiempo existía el libro de reclamaciones, hoy ya no, para eso está Internet.

         Si te duelen las uñas de los pies, lo publicas en Internet, y a los pocos minutos ya sois un grupo para manifestaros en la Puerta del Sol.

         Si te despiden porque has mirado bien a la secretaria, coméntalo en Internet, y ya tienes motivos para ir a Sol.

         Puede que tu no mires de reojo a la compañera de la mesa de al lado, pues eso es una falta muy sensible y te puede acarrear un despido por falta de comprensión. Al llegar al trabajo, si coincides con una compañera, si le cedes el paso en el ascensor, ten cuidado, puede que piense que le estás allanando el camino para otras cosas, y así comienzan los malos pensamientos. Seamos cautos.

         La Puerta del Sol está donde está, y está para lo que está. No se cierra para nadie y cada cual entra y sale por donde le da la gana.

         Todos queremos más `prestaciones, todo s tenemos derecho a vivir como reyes, ¿por qué no pedirlos? Esta es la obligación de cada cual, pedir lo que crea justo. La otra es qjue tengas derecho a ello, y la otra es que te hagan caso. Y si no te hacen caso en  ningún lado, pues te pones en una esquina con un cartelón grande, pidiendo lo que te haga falta, que puede que pase alguien que te mire. Y si no estás conforme con alguna sentencia, llamas a los amigos de Internet, y en pocos minutos te preparan carteles para todo, y a la calle.


Trotamundos

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