martes, 21 de marzo de 2017

Mi lado femenino





            Cuando hay que celebrar el Día Internacional de la Mujer, es que algo falla en nuestra sociedad. La mujer forma parte de un binomio inseparable que, unido, se les llama genéricamente seres humanos. Hay personas con más capacidad para realizar unas labores que otras, bien sea por su naturaleza más fuerte, por haber desarrollado más la capacidad intelectual o por afición o gusto. Cualquier persona, sea del sexo que sea, si se lo propone, puede realizar la misma labor que otro.

            Soy del género masculino porque en mi genética ha predominado dicho sexo, pero estoy seguro que también he heredado genes femeninos. La feminidad está entendida en nuestra sociedad por ser el receptáculo del semen masculino donde germinará un nuevo ser humano. Físicamente es así, pensando únicamente en la procreación de la especie.  Tengo genes de mi madre que formaron mi carácter, mi capacidad de inteligencia, mis enfermedades hereditarias, junto con las de mi padre. Las mujeres también heredan de su padre parte de su forma de ser. Nos diferencia el aparato genital que da origen a nuestro género.

            Quizá las culturas y religiones que mueven el mundo nos han inculcado que el hombre es un ser superior a la mujer y por eso debe estar subordinada y dominada por él. Este hecho viene desde los trogloditas, que, aunque parezca mentira, todavía cohabitan con nosotros. La Madre Naturaleza es sabia. Da el mismo valor al sol, el agua, la tierra, el viento que, junto con el ser humano, la fauna y la flora, cohabitan en armonía necesitándose unos a otros para su existencia.

            Tenemos que aprender a respetar y valorar a las mujeres al igual que a los hombres. Ambos se necesitan y se complementan a partes iguales. Ambos unidos son capaces de crear vida. El hombre, por sí solo se extinguiría, al igual que la mujer. También se extinguirían si no tuvieran a su alcance el resto de elementos de la naturaleza. Si el sol se apagase, muy poquitos seres vivientes pervivirían. Hay que respetar también a la naturaleza.

            Yo reivindico mi lado femenino, por lo que si humillara a las mujeres, me humillaría en parte a mi mismo.

            Deberían declarar todos los días del año como días del ser humano, de la naturaleza, del amor, de la concordia y de todo lo que nos une para sobrevivir y crear ilusiones de vida.

Rabo de lagartija

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