martes, 21 de marzo de 2017

A raices





Cuando la naturaleza se impone, cuando los valles y terrazas
le proponen al hombre que observe y se adapte, surgen como
entre los almendros, los olivos y las cepas de la tierra
se han mimetizado.
Ha entendido que las orientaciones apenas importan aquí,
porque la riqueza se encuentra en la mezcla de tierras,
 tipos de vides y climas.
Pirita necesita tiempo y paciencia para acabar
 regalando una sonrisa infinita.
Parece salvaje  y algo rústico pero es largo y delicado.
Su acidez taladra y su verdad salpica.
Humedad y arándanos rojos a borbollones. Confitura  de endrina.
Gajos de naranjas bañados en chocolate negro.
 Musgo en la piedra que marca el hito entre tierras.
Es poliédrico y mutante, pero muestra caras de robustez y tiene
 la capacidad de penetrar.
Daga de fruta, cuchillo de tierra, misterio de la niebla azul,
el aroma nos guía, certeros en la bruma.
La pirita es el oro de los pobres y se convierte
 en el más atractivo de los minerales.
Sabe a piedra, a suelos antiguos y a un tiempo en que
los caminos entre cañadas habían desaparecido.
Denle tiempo y los reencuentra.           


QUIRÓN

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