La
primavera se va aproximando y todo en la naturaleza se prepara para su llegada.
Los campos se visten de verde. Las florecillas tímidamente se asoman por encima
de sus finísimos tallos. Las ramas desnudas de los árboles muestran ya las yemas, que se abrirán con las hojas que
vestirán sus desnudos brazos.
El
invierno, cuando la ve venir, trata de impedirle el paso y hace lo posible para que no le robe el tiempo que
aún le queda para terminar su reinado. Él, en un último intento, ordena a las
nubes que cubran el cielo y tapen al sol para que sus rayos no calienten la tierra, pero su intento de
detenerla fracasa y pierde la batalla, pues ella avanza con tanta fuerza, que lo desplazará hasta el
lugar donde reposara hasta que llegue de nuevo su tiempo.
Cuando
por fin ella tome posesión de su reinado, todo un
estallido de color y aromas invadirá el espacio. Los árboles, vestidas ya sus
ramas de hojas, darán cobijo a los pajarillos que buscarán su sombra. Los
rosales florecerán en parques y jardines, mostrando gran belleza y colorido. En
los bordes de los caminos, margaritas, campanillas y amapolas, harán que los
ojos del caminante se alegren con su colorido.
Cuando
ella llega, también nosotros en nuestro
interior sentimos su presencia.
I R I
S
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