Ayer nos
llegó la lluvia,
la
lluvia tan esperada,
una
lluvia muy serena
y
por todos deseada-
Después
de tanta sequía,
esta
lluvia es un tesoro,
los
árboles ya sonríen
y
hasta cantan los arroyos.
Ayer
miraba en el charco,
pero
no quedaban peces,
por
culpa de la sequía
que
lo arrasa todo a veces.
Los
árboles se han secado,
en
este verano ardiente,
el
paisaje está dañado
y
pesarosa la gente.
En
los corrillos se escuchan,
lamentos
de los pastores,
y
labradores que dicen
que
ya quedan pocas flores.
Pero
en las grandes ciudades,
la
vida está muy dañada,
y
si no ponen remedio,
la
vida no vale nada.
Trotamundos
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