Ayer pasé por el río,
el del
agua cristalina,
pero el
agua no cantaba,
no
formaba su cantina.
No
formaba la cantina,
porque
el agua era muy poca,
no
cantaba la cascada,
cuando
la besa la roca.
Ya las
algas se han secado,
porque
les falta humedad,
y hasta
el musgo está muriendo,
y ya
todo es soledad.
Aquellas
losas con algas,
eran
alfombras de flores,
diminutas
y radiantes,
y además, de mil colores.
Pero el
agua se ha escondido,
y el río
lo está esperando,
y
esperamos que el río cante,
le
escucharemos cantando.
Trotamundos
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