Sus
manos guiaban el bolígrafo azul que plasmaba en su cuaderno de hojas
cuadriculadas los sentimientos, emociones, recuerdos y sueños que su corazón le
dictaba.
Nos contó sus soledades, sus vivencias,
su gran amor, sus opiniones y deseos, con esa letra adquirida hace muchos años
en las escuelas públicas, sin falsos pudores ni cortapisas. Desnudó su mochila
llena de experiencias para que todos disfrutáramos con ellas.
El último escrito que nos dejó
publicado es “El tren que se fue”. Ella
ya ha tomado su último tren con billete sólo de ida. Te deseamos que al final
del trayecto encuentres la paz y el sosiego que siempre has merecido.
Cómo suena la tinta
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