Para
mi la palabra libertad es como abrir ventanas y puertas, para que entre aire
fresco. Me refiero a la libertad individual, a la que cada uno de nosotros
tiene derecho. Pienso que algo tan valioso puede ser, en momentos determinados,
el eslabón que necesitamos para dar sentido a nuestra vida, disponer de
libertad sin ser coaccionado por nada ni nadie, poder escoger tus amistades, tu
manera de realizarte, ver que tu eres la
que te labras el camino, sin imposiciones ni cortapisas, que con sólo esa frase
puedes hacer realidad ilusiones que siempre tuviste, y no se realizaron por esa
falta de libertad, que muchas veces hemos aceptado con pasividad.
Visto
desde hoy, decimos que eran otros tiempos. Pero alguien tuvo que romper ese
conformismo, y hacernos ver que cada persona puede construir su vida, sin que
nadie tenga derecho a arrebatarnos algo tan hermoso como la libertad de elegir
cómo vivir nuestra vida.
Anteriormente
he dicho que lo hemos aceptado con pasividad. Quizá no sea la palabra correcta,
porque las imposiciones eran grandes, pero nuestra experiencia nos dice que
lograr lo que queremos, siempre tuvo un coste que pagar, y si queremos
conseguir ese espacio, nuestro coste podría ser salir del letargo en el que
estamos embullados, y valorar que hoy, afortunadamente, podemos disponer de
nuestra libertad individual que siempre hemos querido, y hacer uso de ella.
Todos
nacemos libres, pero vivir implica ir teniendo relaciones emocionales que se
interponen muchas veces en el desarrollo de nuestra libertad individual. Quizá
en el equilibrio está la virtud y podemos compatibilizar ser parte de una
sociedad, con lo que eso implica, familia, amigos, momentos que demandan tu
presencia, con el desarrollo de tus inquietudes y necesidades personales.
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