Cuando
termino los trajines mañaneros o vespertinos, acostumbro llegar a casa con
tiempo para comer o cenar. No me gusta llegar con la hora justa o tarde. Abro
el portal y me dirijo hasta el ascensor. En ese momento mi olfato empieza a
sentir ciertos olores y aromas a guisos y frituras que los vecinos están
preparando.
El
ascensor me deja en mi piso y al salir de él, intento siempre adivinar que está
cocinando cada vecino de mi rellano. Pescados, verduras, carnes, frituras,
guisos y hasta aroma de café recién hecho me empiezan a remover los jugos
gástricos de mi estómago. Aquí están friendo pimientos verdes, allí huele a
repollo, en mi casa un delicioso cocido me está esperando. Abro la puerta de
casa y los aromas me envuelven e incentivan mi apetito.
Hay
tal riqueza de distintos cocinados y variedades de productos, no como antes,
que en los términos rurales todos los días preparaban cocido en el puchero a
loa lumbre. Hoy, si estás dispuesto a cocinar no sólo para alimentarte sino
para disfrutar de un buen plato, sin hacer exquisiteces raras y caras, a veces
una simple sopa de ajo es un deleite para el paladar. Unas legumbres con
sustancia, cualquier variedad de carne o pescado, ya sea frita, guisada,
horneada, rebozada o a la plancha, sola o acompañada de patatas, verduras o
salsas, saben a gloria. Arroces, pastas, huevos, caldos, patatas con lo que sea
que las acompañes, embutidos, mariscos, frutas, postres de todas clases,
lácteos y un buen pan para el remoje, pueden convertir una necesidad
fisiológica en un momento de felicidad, siempre con moderación.
Al
cabo de un rato, pasas por la cocina y aún sigues oliendo los distintos
preparados alimenticios que has degustado ese día. No te olvides de una buena
sobremesa. Es un buen momento para hablar con tu familia o con las personas que
te acompañen ese día en tu comida para renovar lazos o ponerte al día de los
sucesos y avatares que han ocurrido en la vida.
Tengo
un amigo que ha perdido el olfato hace años. No sabe lo que se pierde cuando
llega a su casa y no percibe e imagina lo que va a comer ese día. Disfrutemos
con el sentido del olfato.
Rabo de lagartija
No hay comentarios:
Publicar un comentario