domingo, 7 de abril de 2019

La decisión





Había estado mucho tiempo dándole vueltas a aquella idea, y en ese momento sin saber muy bien por qué decidí llevarlo a cabo. Cogí el teléfono y con dedos temblorosos marqué su número, sonreí cuando  escuché su voz.

Después de charlar un rato quedamos para cenar y pensé en la tarde que nos conocimos.

Yo había ido a aquella fiesta para conocer  gente, para pasar una tarde diferente, miré a un grupo de gente y ella me miró un momento, estaba hablando y riendo, me pareció una bonita sonrisa, así que, me acerqué y empezamos a hablar y quedamos para otra fiestecita de este tipo. Pero no tuve paciencia y la llame a  los dos días y quedamos. A partir de ese día nos habíamos visto casi a diario, últimamente hacíamos planes de fin de semana y de futuros viajes.

Imaginé lo que diría cuando la viera esa noche.

Cogería sus manos y diría que quería despertar a su lado cada mañana, que se viniera a vivir conmigo, le diría que el tiempo de vernos a escondidas ya había pasado y que no debería temer lo que sus padres podían decirle porque yo estaba con ella.

Cuando la vi subir al coche rápida y sonriéndome, me pregunté si sería capaz de decir todo lo que había imaginado.

Entonces cogí sus manos, miré sus ojos y empecé a hablar, porque sabía que ella no daría ese paso. Cuando me callé me besó, sin importarle si alguien  nos veía y me dijo,
-         Claro que quiero, pero cariño ahora empieza lo más difícil, nuestra vida juntas.


Clave de sol

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