Cuando
éramos niños nuestra madre nos hablaba
de él. Nos decía que no se le podía ver, pero él estaba allí a nuestro lado.
Por
la noche cuando nos íbamos a la cama nos encomendábamos a él para que nos
cuidara tanto de noche como de día.
Hace
unos días la noticia de la detención del marido por ayudar a su mujer a morir
llenó todos los noticiarios.
María
ha tenido un Ángel, no visible, sino real que la ha cuidado durante más de 30
años de una enfermedad que iba acabando con su vida lentamente.
Basta
mirar a los ojos de Ángel y ver el dolor que asoma a ellos, donde ya ni las
lágrimas brotan porque se han agotado de
tantos años de sufrimiento vivido juntos.
La
historia de María y Ángel ha conmovido muchas conciencias al ver la entrega del
hombre durante tantos años, no dejándola ni de noche ni de día, como el Ángel
al que nos entregábamos de niños, para que nos velara nuestro sueño.
Como esta historia hay más que nos conocemos
hasta que saltan a los medios de
comunicación, pero están ahí con sus sufrimientos y los Ángeles que les
acompañan en su dolor.
IRIS
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