lunes, 15 de abril de 2019

Un paseo por los jardines de Aranjuez





         Celestino estaba contento porque sus nietos le iban a llevar ese día a pasar la tarde en Aranjuez, visitando parajes y sitios donde los Reyes de España descansaban de sus duras y agotadoras jornadas de trabajo.

         Le recogieron en el coche y le trasladaron a un sitio encantador donde se podía uno trasladar en el tiempo, donde desde Felipe II, que mandó construir el palacio, ampliado posteriormente por Felipe IV y los jardines de los alrededores, el de La Isla encajonado entre el río Tajo y un canal que lo separa de Palacio. Numerosas fuentes, plazuelas, paseos y hasta un kiosco de pájaros, serenaban el espíritu de reyes y Corte. También existen actualmente algunas parejas de pavos reales, dignos de contemplar.

         Especial atención al Jardín del Príncipe, llamado así porque lo mandó construir Carlos V cuando todavía era Príncipe de Asturias. Procedente en origen de una antigua huerta y bordeado por el río Tajo es una inmensidad de vegetación, árboles de todas clases, paseos interminables, viveros donde pululan pavos sueltos y diversos patos en los estanques y fuentes. Algunas sencillas y otras maravillosas como el Estanque Chinesco, donde existen tres isletas, dos con templetes, uno griego y otro chinesco y otra con un monolito y un enorme árbol cuyas raíces bordean la isla buscando la frescura del agua del estanque. Alrededor del estanque hay plantaciones de bambú, con sus raíces a flor de suelo. También mandó construir un embarcadero con barcas reales para su solaz y una pequeña construcción llamada la Casita del Labrador, donde poder perderse en sus meditaciones.

         Existe una tranquilidad y una serenidad en contemplar y pasear por la frescura que dan árboles centenarios y el sonido del fluir del caudal del río y de las fuentes, que entiendo que los Reyes se alejaran del mundanal ruido para así poder reflexionar sobre la mejor manea de gobernar a un pueblo como el de España.

         Un refresco  en uno de los paseos de la Villa en el atardecer de un día espléndido puso colofón a nuestro viaje al pasado. De Vuelta a casa, rendido de arrastrar tanto los pies por la historia. Esa noche Celestino soñó que, por un momento, él era el dueño de dichos jardines y palacios, aunque le vino una extraña pesadilla en la que el pueblo de Aranjuez se amotinó contra Godoy, propiciando la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII, que le hizo despertarse. No todo en la vida de los reyes eran buenos momentos.


Rabo de lagartija

Lo que fue eso será





Decía el Cohelet, hijo de David rey de Israel: “Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará”; no se hace nada nuevo bajo el sol.

Y lo que hemos visto  desde que perdimos la inocencia es corrupción, que durante largos años ha campado por sus respetos sin temor a que una revolución airada de la opinión pública hiciera morder el polvo a los corruptos: saberlo todo de las tramas de corrupción, no ha impedido que los partidos de ellas responsables repitieran por  mayoría absoluta en convocatorias electorales.

El arte de recomponerse, hemos aprendido a camuflar con gran esfuerzo y manteniendo la compostura, incluso las más terribles conmociones que nos golpean. Somos vulnerables no sólo física, sino también psíquicamente. Cuando las adversidades nos superan, nos sentimos rotos. Algunos nos rompemos, por azar, y otros somos nosotros mismos. El filósofo Josep M. Esquirol defiende que la “memoria y la imaginación” son las mejores armas del resistente. La creatividad es una poderosa herramienta en la capacidad de concebir alternativas a la realidad. Pero Joan Didion dice: Cuando soplan malos vientos, el verdadero amor es el  propio. La gente con esta cualidad “es dura, tiene algo así como agallas morales, hace gala de eso que antes se llamaba carácter” y el logro de una vida plena pasa además, por librarse de  las expectativas ajenas y dejar atrás la compulsión de  agradar. No hay recomposición ni resurgimiento sin paciencia.

El Kiutsugi: solo hay una forma de superación que empieza con superarse a sí mismo. La receta es sencilla: tenemos que absorberlo todo pacientemente en nuestro interior y crecer: rotos y nuevos, únicos irreemplazables, en permanente cambio, pero con carácter.

Quirón




Ángel de la guarda





            Cuando éramos niños  nuestra madre nos hablaba de él. Nos decía que no se le podía ver, pero él estaba  allí a nuestro lado.

            Por la noche cuando nos íbamos a la cama nos encomendábamos a él para que nos cuidara tanto de noche como de día.

            Hace unos días la noticia de la detención del marido por ayudar a su mujer a morir llenó todos los noticiarios.

            María ha tenido un Ángel, no visible, sino real que la ha cuidado durante más de 30 años de una enfermedad que iba acabando con su vida lentamente.

            Basta mirar a los ojos de Ángel y ver el dolor que asoma a ellos, donde ya ni las lágrimas brotan porque se han agotado  de tantos años de sufrimiento vivido juntos.

            La historia de María y Ángel ha conmovido muchas conciencias al ver la entrega del hombre durante tantos años, no dejándola ni de noche ni de día, como el Ángel al que nos entregábamos de niños, para que nos velara nuestro sueño.

             Como esta historia hay más que nos conocemos hasta que  saltan a los medios de comunicación, pero están ahí con sus sufrimientos y los Ángeles que les acompañan  en su dolor.    

IRIS                   


Ser un estorbo






         Un día te das cuenta
         que todo lo que haces molesta,
         que les que está a tu alrededor
         no te dan ningún valor,
         siempre critican tus actos,
         todo les parece mal y a destiempo,
         y día a día te van minando la moral,
         y empiezas a sentirte solo,
         a considerarte un inútil
         sin voz ni voto, desahuciado,
         porque tus palabras no se escuchan,
         no tienen ningún valor,
         y empiezas a darte cuenta
         que te tienes que marchar,
         porque te consideran un pelele,
         y el caso es que esto pasa muy a menudo,
         y dentro de muchas casas,
         que la silla que ocupas, molesta mucho,
         acaso esto será ley de vida,
         pero lo cierto es que pasa y no acaba.


Trotamundos

Busco casa





Busco casa para encontrarme conmigo.

Busco casa con jardín y un árbol que me enseñe a vivir en soledad.

Con salón sin televisión, con un único sillón donde extender mis proyectos futuros.

Una cocina donde poner a remojo mis sentimientos, cocinar a fuego lento mis problemas y alimentar mis recuerdos.

Con baño y una bañera donde meterme y olvidarme del mundo  y sus habitantes corruptos, que tenga un espejo grande en el que me vea bien para darle un toque de color a mis pálidas mejillas.

Busco casa que tenga una habitación con un gran ventanal por el que pueda ver el gran árbol del jardín y una cama desde la que pueda descansar mi cuerpo cansado.

Busco una casa-refugio sin contacto con el exterior, para calmar todo el dolor que producen las guerras lejanas, el hambre en los niños, los ahogados en el mar.


Clave de Sol

domingo, 7 de abril de 2019

Los aromas de mi cocina





         Cuando termino los trajines mañaneros o vespertinos, acostumbro llegar a casa con tiempo para comer o cenar. No me gusta llegar con la hora justa o tarde. Abro el portal y me dirijo hasta el ascensor. En ese momento mi olfato empieza a sentir ciertos olores y aromas a guisos y frituras que los vecinos están preparando.

         El ascensor me deja en mi piso y al salir de él, intento siempre adivinar que está cocinando cada vecino de mi rellano. Pescados, verduras, carnes, frituras, guisos y hasta aroma de café recién hecho me empiezan a remover los jugos gástricos de mi estómago. Aquí están friendo pimientos verdes, allí huele a repollo, en mi casa un delicioso cocido me está esperando. Abro la puerta de casa y los aromas me envuelven e incentivan mi apetito.

         Hay tal riqueza de distintos cocinados y variedades de productos, no como antes, que en los términos rurales todos los días preparaban cocido en el puchero a loa lumbre. Hoy, si estás dispuesto a cocinar no sólo para alimentarte sino para disfrutar de un buen plato, sin hacer exquisiteces raras y caras, a veces una simple sopa de ajo es un deleite para el paladar. Unas legumbres con sustancia, cualquier variedad de carne o pescado, ya sea frita, guisada, horneada, rebozada o a la plancha, sola o acompañada de patatas, verduras o salsas, saben a gloria. Arroces, pastas, huevos, caldos, patatas con lo que sea que las acompañes, embutidos, mariscos, frutas, postres de todas clases, lácteos y un buen pan para el remoje, pueden convertir una necesidad fisiológica en un momento de felicidad, siempre con moderación.

         Al cabo de un rato, pasas por la cocina y aún sigues oliendo los distintos preparados alimenticios que has degustado ese día. No te olvides de una buena sobremesa. Es un buen momento para hablar con tu familia o con las personas que te acompañen ese día en tu comida para renovar lazos o ponerte al día de los sucesos y avatares que han ocurrido en la vida.

         Tengo un amigo que ha perdido el olfato hace años. No sabe lo que se pierde cuando llega a su casa y no percibe e imagina lo que va a comer ese día. Disfrutemos con el sentido del olfato.

Rabo de lagartija

Ráfagas





            Hasta donde alcanza mi memoria, siempre me ha gustado escuchar a las personas mayores contar sus vivencias, tanto las vividas por ellos, como las que les llegaban de otros compañeros de viaje por los senderos de la vida.

            Conocer sus vivencias me aporta el conocimiento de un tiempo vividos por ellos envuelto en palabras, unas veces entre sonrisas, otras en melancolía, al recordar el tiempo  que ya  no volverá.

            Cada mañana veo a un grupo de mayores que se reúnen  a las puertas del gimnasio. Unos días  para hacer gimnasia de mantenimiento, otros  para andar en grupo, porque según les había recomendado el médico les viene muy bien para la salud.

            Entre los componentes sobresale una mujer, a la que todos llaman Alegría, ya  que por su manera de ser el nombre le viene de perlas.

            Alegría tiene 83 años, según dice su DNI, pero viéndola llegar con paso ligero, con su pelo peinado de peluquería, los ojos sombreados y sus labios pintados, hacen pensar a quienes la ven que la edad que dice el documento de identidad no corresponde con ella.

            Cuando ella se aproxima a sus compañeros les da los buenos días con voz cantarina que hace volver todas las miradas hacia ella.

            Cada mañana coincido con el grupo de gimnasia  donde esta ella y aunque no es el mismo que el mío, esto no ha sido ningún inconveniente para intercambiar algunas palabras y sobre todo conocer más de cerca a la mujer de voz cantarina en las primeras horas de la mañana, mientras dura la espera para entrar al gimnasio.
                    
            En un día, allá  en el tiempo, quizás se acerquen a mí para que le cuente historietas, entonces abriré  el libro invisible que guardo en mi mente y les contare en ráfagas las historias que a mí me han contado y las que yo he creado.


I R I S

La decisión





Había estado mucho tiempo dándole vueltas a aquella idea, y en ese momento sin saber muy bien por qué decidí llevarlo a cabo. Cogí el teléfono y con dedos temblorosos marqué su número, sonreí cuando  escuché su voz.

Después de charlar un rato quedamos para cenar y pensé en la tarde que nos conocimos.

Yo había ido a aquella fiesta para conocer  gente, para pasar una tarde diferente, miré a un grupo de gente y ella me miró un momento, estaba hablando y riendo, me pareció una bonita sonrisa, así que, me acerqué y empezamos a hablar y quedamos para otra fiestecita de este tipo. Pero no tuve paciencia y la llame a  los dos días y quedamos. A partir de ese día nos habíamos visto casi a diario, últimamente hacíamos planes de fin de semana y de futuros viajes.

Imaginé lo que diría cuando la viera esa noche.

Cogería sus manos y diría que quería despertar a su lado cada mañana, que se viniera a vivir conmigo, le diría que el tiempo de vernos a escondidas ya había pasado y que no debería temer lo que sus padres podían decirle porque yo estaba con ella.

Cuando la vi subir al coche rápida y sonriéndome, me pregunté si sería capaz de decir todo lo que había imaginado.

Entonces cogí sus manos, miré sus ojos y empecé a hablar, porque sabía que ella no daría ese paso. Cuando me callé me besó, sin importarle si alguien  nos veía y me dijo,
-         Claro que quiero, pero cariño ahora empieza lo más difícil, nuestra vida juntas.


Clave de sol

Todo cambia con los años





                Al pasar por el puente del Tiemblo,
                aquel día las truchas se movían
                entre las piedras lisas por el agua,
                que las nieves derretían.

                Sus maderas corroídas por los años
                permitían el paso de los seres,
                fueran ya personas y animales
                cada cual a sus quehaceres.

                En aquellas primaveras lluviosas
                el río soportaba un gran caudal,
                y las piedras en su lecho se pulían
                con el roce que llevaba el vendaval.

                Luego en calma estaba noble
                y las truchas en las aguas cristalinas,
                desovaban y criaban alevines
                que alegraban al mirar con las retinas.

                Eran mis años de niño, aquellos días
                en el río, las mujeres hacían las coladas,
                y las rocas parecían de colores
                con las prendas de color engalanadas.

                Este puente de madera y agujeros,
                por entonces soportaba un gran trasiego,
                era el paso de ganado y arrieros,
                cada cual sus menesteres, ya con prisas o sosiego.

                El tiempo todo lo cambia
                y el puente ya está cambiado,
                ya no se lava ni tiende,
                y hasta las piedras han mermado.


Trotamundos








Los eufemismos cínicos, crean senderos de lágrimas





¿En qué piensas si en una noticia te hablan de una persona en “postura estresada”? Yo pienso, por ejemplo, en una persona limpiando ventanas en un rascacielos. Pienso en estudiantes el día de examen de selectividad. Pienso en un animal inmovilizado en una granja de engorde. En la época de Dick Cheney, oficialmente vicepresidente de EEUU con Bush, la expresión “postura estresada”, si no te hacías el tonto o el loco, significaba “tortura” a un ser humano. Ocurría lo mismo con la expresión “manipulación sensorial”.
Ah esa persona ¿qué la están haciendo? Lleva días sin dormir, con focos de luz y música a tope en su celda. Y le han metido la cabeza en una bolsa de plástico  y en la bañera hasta la asfixia y la pérdida del sentido.

¡Ah, nomás es una “manipulación sensorial”!

Bueno, los eufemismos funcionan durante un tiempo. Sobre todo, mientras la gente  enterada, la que está más o menos en el ajo, se hace eso, la tonta o la loca. A veces se hace la tonta y la loca toda la vida: el jefe de torturas de la policía política portuguesa declaró, años después de la dictadura, que ellos no torturaban, sino que causaban  “incomodidad” al detenido. En España todavía hay gente de esta calaña que, como represores en la dictadura, causaron fatales “incomodidades” jamás juzgadas. Es así también que, en las guerras, los miles de muertos civiles inocentes, la aniquilación de animales y el envenenamiento  de bosques y ríos, reciben la denominación de “daños colaterales”. Y es así que miles de víctimas infantiles por parte de sacerdotes depredadores aparecerán en los documentos oficiales de la iglesia  como “contactos inapropiados”, ¡Y pensar que la relación homosexual libre, en tiempos de la inquisición, era el peor de los pecados, el “nefando”, el innombrable, y se castigaba con la hoguera!

 La incesante producción de eufemismos cínicos es directamente proporcional al dolor que causan. Si encadenamos “posturas estresantes” más “molestias sensoriales” más “daños colaterales” más “contactos inapropiados”, el daño es incalculable. Desde la llegada de los colonizadores, el pueblo Cherokee resume su historia como el Sendero de las lágrimas. Es una identidad que pueden compartir los seres más vulnerables del planeta. Que caminan por ese largo sendero de lágrimas.


QUIRÓN