¿Cómo
he podido olvidarme de ella? Se iba preguntado el hombre cuando se dirigía al
lugar donde la había visto por última vez. Tenía que recuperarla. Era tan
imprescindible para él que no podía perderla.
El
hombre salió a la calle para ir en su búsqueda. Rápidamente se dirigió hasta la
parada del autobús y cuando éste llegó, subió a él para dirigirse hasta el
lugar donde esperaba encontrarla. Durante el tiempo que duró el trayecto, el
hombre fue reconstruyendo paso a paso como había transcurrido aquella tarde y
el momento en que notó su desaparición. Recordaba también cómo había llegado con ella hasta el lugar
donde se encontraba la sala de baile. Su entrada al local. El saludo del
camarero al verle llegar, para después acompañarle hasta la mesa que tenía
reservada, cerca de la pista de baile. La animada conversación con las señoras sentadas en la
mesa junto a la suya, esperando que empezara a sonar la música. En este punto
una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar que no había parado de bailar
en toda la tarde, unas veces bailando con las señoras que estaban junto a él y
en algunos momentos bailando solo. La tarde transcurría felizmente para él hasta
que miró el reloj. Tenía que volver a casa.
Se cambió los zapatos de baile y los guardó en la bolsa donde los había
llevado. Seguidamente se echó mano a la cabeza, comprobando que el peluquín no
se había movido de ella. Cuando hubo terminado de prepararse, se levantó de la
mesa y, tras despedirse de las señoras, abandonó el local.
Cuando
llegó de nuevo a la sala de baile, preguntó por el camarero que le había
atendido. Cuando este llegó hasta él, le pidió que le llevara hasta la mesa que
había ocupado. El camarero le miró extrañado y tras encogerse de hombros le
acompañó hasta la mesa que le había indicado. Una vez
allí separaron las butacas y sobre una de ellas descubrieron la olvidada dentadura.
I R I S
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