Campos
de mi juventud,
veredas
de sol y nieves,
arroyos de
can tos claros,
fuentes
donde nacen bienes.
Tomillares
de cantuesos,
retamares y
zarzales,
orégano y
manzanilla,
y paredes
de bancales.
Pinares de
largos años,
castañares
centenarios,
cerezos de
gloria pura,
con sueños
imaginarios.
Y ese río y
ese puente,
y el charco
de la tinaja,
que los
años han labrado,
como una
cuna de paja.
Las
chorreras en las rocas,
y el suelo
verde de algas,
pueden
hacerte caricias,
si sobre
ellas cabalgas.
Trotamundos
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