Lo que no podemos todos es ser tontos idealistas. Cómo podemos, si cuando
la realidad grita y el poder calla, desaparece
el campo.
En la Cumbre
de Paris sobre el Cambio Climático
“parece” que ha salido reforzado por esa firma en común que hasta ahora nunca
se había conseguido. Y dicho así suena como una víspera dichosa.
Sin embargo sabemos que piensan
abrir una mina a cielo abierto, en la provincia de Salamanca. (En la que dicen
ha tenido una colaboración espacial el
Sr Arias Cañete, comisario europeo de Acción por el Clima y Energía (tiene
guasa la cosa), que firmó desde Europa, dando así el visto bueno a la obra). Así
que estamos en vísperas de ver como se destrozan las tierras camperas de
Salamanca.
Se habla de otra mina de “tierras
raras”, arma geopolítica (con tres metales “fabulosos” para el capital) en Ciudad Real, pero tiene daños colaterales,
hay que preparar unas instalaciones “lagos negros” para depositar los residuos
tóxicos y también tiene secuelas. ¿Y qué me cuentan de la nueva idea de las
Eléctricas y del ministerio que las avala?.
Piensan reabrir la
Central nuclear de
Garoña. La más anciana de nuestras viejísimas centrales nucleares, que
diera en su tiempo tantos fallos y disgustos y que al fin cerraron. Yo estas
vísperas, las rechazo de plano.
A mí me gustaría que se volviera a reconquistar la gran idea
de las renovables. Porque estando en medio de un cambio
climático, que nos ha dado un verano insoportable de calor y sequía, y habiendo
seguido con un otoño-invierno sufriendo temperaturas de 15 a 20 grados de calor, hasta
finales de enero, y sigue sin llover. No me creo la broma de mal gusto de abrir
Garoña.
Cuando no hace tanto el Gobierno del Sr. Zapatero tuvo la buena
idea de que fuéramos más independientes de las energías fósiles y de sus
derivados, para mejorar el aire envenenado que respiramos, se hizo el cambio a
las renovables. Se gastó un pastón en sembrar las placas por todos los campos
de España como si fueran granos de trigo y a la vez se plantaron molinos de
viento por todas las cimas de nuestras colinas, montañas o alcores. Las poblaciones cercanas pensaron como yo,
que teniendo tanto sol y gratis, era una pena no aprovecharlo y que aquella inversión podía ser a la larga
una manera de prosperar, y metieron sus
ahorros y confiaron.
Pero luego llegó el Gobierno Rajoy defendiendo las ideas neoliberales e
intereses muy distintos, y dejó caer aquella gran idea como si fuera un fraude,
una mala idea. Cómo podía ser mala, si cuando el Presidente de EEUU nos visitó
alabó la iniciativa de España por poner
en marcha las renovables aquí, cosa que Obama expandió los planes de las
renovables por todo su país
Pero claro, aquí los españoles somos tan ricos que unos gobiernos destrozan
lo que otros gobiernos levantan. Y como
el dinero que tiran no lo pierden ellos, se permiten el lujo de tirarlo, aunque
para ello, como en este caso, arruinan al Estado (que somos todos los demás) y
más a los currantes, que metieron sus ahorros y su ilusión, en algo que podía
dejar caer un político de signo
contrario que consigue el Gobierno. Y
así nos mantienen contra el Barro que ellos producen.
Claro que como estos dispendios económicos los hacen con el dinero de todos
los españoles, no lo hacen con el suyo, nadie los supervisa ni les
controla. Después cuando las arcas
están secas ni siquiera se les exige una explicación forzosa y que pueda
ser plausible. Tanto unos como otros lo
han tapado todo con él “y tu mas”. Así que en vísperas de casi todo, hasta de
tener un mal gobierno porque ni eso tenemos después de 40 días, en las que la
población pedía cambios y pactos con sus
votos en las elecciones, seguimos sin
saber a qué gato ponerle el cascabel.
Aunque lo único que sabemos con
seguridad es que tenemos una corrupción política galopante que no deja de
tocarnos las narices, siendo el culpable de la mayoría de los quebrantos de
este sufrido pueblo. Me acojo al último
humo de una realidad que se evapora en vísperas…
Quirón
Lo
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