miércoles, 1 de febrero de 2017

Silencio vive la palabra






En el silencio vive la palabra.
 En él se recupera el espíritu de la montaña
el clima extremo,  la adaptación,  la tradición monástica
 y de paz, moldean el carácter de sus gentes.

En sánscrito, Ekam significa “unidad”,
 la unidad primigenia de la que nacieron todas las cosas.
 Pues allí, cercana a nuestra aldea Ekam.
 encontró nuestro viñador su ekam cerca de donde naciera,   
en las alturas de Santa Engracia.

Allí donde los antiguos monjes hospitalarios
excavaron la roca madre para convertir sus uvas en vino.
 Allí encuentra el soñador una intima relación con la tierra:
Reflexión, experimentación, conocimiento y sentimientos 
para compartir.

 Ekam en esencia nos ofrece, nos explica, que la unidad
es un círculo  mágico, y que el final  pende del principio.
 El  prado es la flor en primavera, dulce y ácida.
 La ladera es la frescura del agua del deshielo.
 La fruta es el limonero y la pera que llega al mercado.
 El águila blanca es la acidez la mirada aguda
que corta el aire y vive ya en mis ojos.
QUIRON


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