jueves, 3 de diciembre de 2015

El ser o no ser. He ahí la cuestión





Apenas expresamos algo lo empobrecemos singularmente. Creemos habernos sumergido en las profundidades del abismo y cuando volvemos a la superficie, la gota de agua que pende de la pálida punta de nuestros dedos ya no se parece al mar del que procede.

Creemos que hemos descubierto una gruta maravillosa, un tesoro en cristales y cuando volvemos a la luz, sólo traemos con nosotros piedras falsas y trozos de vidrio, y sin embargo, en las tinieblas relumbra aún inmutable el tesoro.

El entendimiento del hombre llega muy lejos, en tanto que su explicación científica elaborada en su cabeza, una vez fuera se congela, se enfría.

¿Qué cosa ocurre en un momento? ¿Qué cosa apunta como un clamor hacía el cielo y qué cosa se apaga repentinamente?  

La cámara gozosa había captado un instante único, mágico,  extraordinario, bellísimo para ella. En casa, al contemplar aquella fotografía, ya no  encontró el gozo. La fragilidad del vuelo, captado en un instante quebradizo, ya no existía, se había escapado. Todo vuela ahora por una Mastaba Universal.


Quirón

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