miércoles, 23 de enero de 2013

El mendigo y su banco




¡FELIZ AÑO, FELIZ AÑO! 
         
Que pesaditos son estos madrileños. Yo me pregunto ¿qué es un año nuevo? Son días largos, cortos, intrépidos, acaso trozos de vida que tenemos que coger y disfrutar.

¡Sí, disfrutar! RÍO GRANDE que caminas; ¿hoy no me dices nada? Tú te lo pierdes, si un día te paras y hablas conmigo te va a MOLAR. Yo sé muchas cosas. La niebla esta mañana estaba triste, me ha dicho que tú la desprecias. No seas tonto DISFRUTA, ¡no te da envidia! A mí la niebla todas las mañanas me lava la cara.

¡OH estaré yo en las nubes! Sí, tengo un bote de pintura amarilla, que con desprecio dejaron aquellos cursilones de allí enfrente; al tirarlo decían que el color amarillo da mala suerte, ¡que saben ellos de suerte!

Prepárate casa mía, banco de mis ilusiones. Hoy te dejo nuevo con esta pintura. La verdad es que estás un poco viejo, te vas a quedar como los rayos del SOL. No quiero brocha, tengo manos duras para pasear por ti mi alegría.

¿QUE TE PASA NIÑA QUE TANTO ME MIRAS? Pasea tranquila, yo vivo mi vida y nunca estoy solo aquí en esta dehesilla. Tengo mi banco, mi abrigo que abriga, aunque esté cansado de pasar los días  de este invierno frío que se precipita.

Sigue tu camino niña de ojos  grandes y cara fresquita, penas y alegrías siempre suelen ser muy bien compartidas, para quien tenemos cuerpos olvidados y mente tranquila.

Cuenta a tus vecinos que, aquí junto al río, tienes un amigo que piensa y opina que a su manera vive bien la vida. Nunca quise ser de los estirados, de corbata blanca y piernas torcidas.
            ¡Ellos si mendigan ¡
                                               Virpana

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