Es muy
fácil para mí expresar mis sentimientos, sólo tengo que abrir mi corazón y
dejar que fluya mi sentir.
Describo el paisaje que me rodea; el cielo está muy azul
acompañado por el sol que nos regala su suave temperatura sólo interrumpido por
la estela que deja un fugaz avión.
Enfrente
diviso una palmera muy alta con sus dátiles salvajes. Su tono marrón nos ofrece
un bonito contraste al lado de las verdes ramas que se reflejan en el mar. Hay
un manzano y un peral que se quejan de su triste vida, tienen la obligación de
florecer, y parir sus frutos para más tarde, y sin ningún pudor, quitarse sus ropas hasta quedarse desnudos.
Veo un monte poblado de pinos, eucaliptos, acacias, robles…
observo la playa de arena blanca, con muchas gaviotas paseando mientras se
cuentan sus peripecia, los problemas de sus polluelos, amoríos,
desengaños, penas y alegrías; de frente
se ven las Islas Cíes altas y majestuosas, lugar donde se dice que sus primeros
habitantes fueron los Herminios, descendientes de los celtas, a los que Julio César en persona, le costó
combatir para tomar posesión de ellas. Más tarde también conquistaría Vigo, a la que daría el nombre
de ciudad Olívica dado la cantidad de Olivos que allí mando plantar.
Avanza el día, la gente ya recoge las toallas, sillas y
sombrillas, en poniente el sol va cumpliendo su jornada y busca su refugio en
el mar tiñéndolo todo de rojo anaranjado; por naciente asoma la luna con su peculiar
descaro, invitando a todas las constelaciones zodiacales, también acude
Andrómeda y Orión a las fiestas y aquelarres, en casa de la
Osa Mayor , mas tarde se subirán al carro para seguir
el camino de Santiago.
Buenas noches.
Panxón Agosto.
2012
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