domingo, 9 de diciembre de 2018

Mi hucha





         Los bancos y cajas de ahorros, que tanto están sonando en  televisión, me han decepcionado, ¡yo  pensaba que esos edificios tan serios eran donde los ahorros estaban seguros!

         Tenía en casa una hucha de barro y cada fin de semana, con ilusión y esfuerzo ponía una moneda y con la paga extra ponía algo más.

         Preparando las vacaciones de verano dudaba  qué hacer con la hucha, pues por el peso que tenía apreciaba que estaba llena. ¿Dónde estarán más seguros mis ahorros? Me decía.

         Todo el verano la casa está sola y puede haber algún visitante inesperado  que vea la hucha y desaparezca.

         Después de tanto pensar me dije: “que tonta, no lo pienso más, la llevo al banco”.

          Una mañana me levanto con ganas de salir a la calle, cojo mi hucha y me voy a ingresar mis ahorros. Me pongo en ventanilla, e intento dar a la señorita   mi hucha y la digo que voy a hacer un ingreso. Empiezo a decirla el dinero aproximado que llevo, y claro la señorita sorprendida me dice “¡¡señora¡¡ sólo tiene que darme el dinero que va dentro y yo se lo guardo en su cuenta, usted tranquila”.
  
Bueno otro paseo a casa.  Lo preparo cuidadosamente para llevarlo   y hago el ingreso.

Tranquila paso todo el verano creyendo que mi economía está  segura, disfruto a tope mis vacaciones y gasto algo más. Bueno me digo, tengo en el banco una cantidad que dejé guardada y con eso empiezo el mes.

De vuelta a casa de las vacaciones, descanso,  pongo todo en orden, y me voy a mi banco. “¡Buenos días¡”, digo a la persona que ese día está en ventanilla, “quiero sacar de mi cuenta 200 €”. La señorita me dice, “déme su tarjeta, pero creo que hoy no podré darle nada.” “¿y eso?”, pregunto.

         “La semana pasada,   unos extraños entraron y se llevaron todo el dinero y estos días estamos en caja con saldo en negativo”. Yo insisto, “pero también  en estos días habrán hecho ingresos”. Y ella insiste que la caja está bajo mínimos  que vuelva otro día.
   
Quiero omitir todo lo que salió de mi boca en el  banco.

Volví a casa y el único consuelo que tuve fue ver la hucha de barro. ¡Otra vez a empezar de nuevo¡

VIRPANA           

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