domingo, 9 de diciembre de 2018

La mirada de Concepción Arenal





Si hoy día entrevistasen a Concepción Arena l( 1820-1893) en un informativo de amplia audiencia, o le dieran cancha en un debate  televisado, le lloverían piedras.
 Sus propuestas civilizadoras, sus críticas a la ruindad y miserias del sistema judicial y penitenciario, su reformismo social y feminista serían objeto de mofa y linchamiento en las redes. Sería quemada en efigie  por el fanatismo mediático. Montañas de memes y comentarios estupefacientes se abalanzarían sobre su principio humanitario:
“odia al delito y compadece al delincuente”. Toneladas de groserías  tratarían de oscurecer inteligentes aforismos que siguen emitiendo luz: “Todo lo que endurece, desmoraliza”. El ruido reaccionario o el silencio selectivo intentarían acallar la inconfundible naturaleza de lo que suena cierto: “Las malas leyes hallarán siempre, y contribuirán a formar hombres peores que ellas, encargados de ejecutarlas”. Está última anotación parece escrita justo  el 6 de noviembre de 2018, cuando el Tribunal Supremo hipotecó la balanza de la justicia española.
A los 21 años, Concepción Arenal, nacida en Ferrol, se vistió de varón, se cortó el pelo y se cubrió con sombrero y capa para poder estudiar Derecho en la Universidad Central de Madrid. Fue descubierta. El rector le permitió seguir en la facultad, pero en un régimen “penitenciario”: un familiar la acompañaba hasta la puerta, un bedel la escoltaba hacia un cuarto solitario y el profesor de turno la conducía a clase, donde permanecía en lugar aparte. No le debía faltar ironía a Concepción, que pese a su feminismo y espíritu sufragista, recomendó a las mujeres hacer dos excepciones en la lucha contra la igualdad, no dedicarse ni a la milicia ni a la política, “cosas de machos”, el poder viril como afán de mandar y dominar: “Tienen inclinaciones de sultán, reminiscencias de salvaje y pretensiones de sacerdote”
La valiente era ella. No quería dominar, quería saber. Otra vez Eva. El pecado original es la libertad. ¡Viva el pecado Original! La Humanidad surge  de ese acto de desobediencia. Eva arriesga porque no acepta la ignorancia, mirar para otro lado. Adiós al paraíso de cartón piedra, adiós al parque temático del conformismo.

QUIRÓN

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