sábado, 27 de mayo de 2017

Sombras en la oscuridad





           En mi último viaje en metro, bajé las escaleras hacia el interior de la estación y una vez allí tomé la línea correspondiente al lugar donde me dirigía. Una vez en el andén esperé la llegada del tren. No tardó en llegar el convoy y cuando  se detuvo, entre en su interior y me situé cerca de la ventanilla desde donde podía observar el recorrido por el interior del túnel.

         Comenzó el trayecto, la oscuridad y el silencio era roto por el paso de la máquina. Durante el tiempo que duró el recorrido me entretuve en inventarme personajes como lo había hecho en otras ocasiones. Los creía ver escondidos en las grietas que se abrían en las paredes, observando curiosos al gusano metálico que pasaba junto a ellos lleno de seres extraños.

         También me imaginaba a pequeños duendes jugando entre los raíles, saltando alegremente delante del maquinista, retándole a ver quién ganaba la carrera.

         El viaje continuaba su curso. Mi mente seguía recreándose con las imágenes que ella había creado, hasta que de pronto, el sonido del silbato anunciaba la curva y el punto de luz que iba aumentando según nos aproximábamos a ella hizo también que mis personajes se desvanecieran, volviendo de nuevo al mundo de la fantasía.

         Cuando el tren llegó a la estación se detuvo, abrió sus puertas y fuimos descendiendo de él. Una vez en el andén esperé a que éste prosiguiera su camino, luego miré hacía el interior de túnel donde se hacian las sombras y entre ellas me parecía ver a los personajes que me habían acompañado, mirándome con sus brazos ligeramente levantados en un adiós silencioso, entonces les sonreí y con un leve movimiento de mi mano me despedí de ellos hasta un próximo encuentro en el túnel de sombras.

I R I S


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