sábado, 27 de mayo de 2017

Lo que vale una teta





            Hace muchos, muchos años, que mi abuelo decía que le habían contado que en un pueblo, en una mesa del bar, dos hombres tenían una porfía sobre la política y una marrana, y un tercero hizo su aparición para opinar, y es ahí donde empezó la discusión.

                 Uno decía que una marrana se tumba para que los cerdos se pongan a chupar de la teta, como hacen algunas madres desde siempre.

            Otro puntualizó que en ocasiones, hay más cerditos que tetas y el que no encuentra una para chupar, no para de gruñir hasta que le quita el puesto al que está chupando.

            El tercero en cuestión, quiso poner su granito de arena y, con un don  de sabiduría, opinó que eso no es comparativo, pues no se puede comparar una animal con la política.

                    La discusión fue tal, que en el bar, unos se reían, algunos lloraban de la risa y otros decían que no era justa la comparación. Total, que cada cual piensa lo que le parece más apropiado, y eso, no hay quien se lo pueda quitar a nadie de la cabeza.


Trotamundos

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