martes, 17 de marzo de 2020

La canción





Se movían sus pies cuando oía los primeros compases de esa melodía y de muchas otras pues si había algo que la gustaba muchísimo era la música e improvisar un baile, sus piernas, caderas, hombros y cabeza se inclinaban según sentía la música.

Todo en la vida es canción, melodía, música, ritmo.

Su madre tarareaba muy bien, le cuentan que creció en un ambiente tranquilo y relajado, pues la música amansa a las fieras, así que cuando su padre llegaba muy tarde a casa y bastante bebido su madre pasaba el mal rato susurrando la melodía en el cabecero de su cuna.

Más adelante, en el cole, se aprendía cantando las poesías, las tablas de multiplicar, los ríos y cuando salían a jugar al patio saltaban a la comba y a la rayuela siempre cantando canciones infantiles.

En las fiestas del pueblo lo más llamativo por la noche era el baile, al principio cuando estaban los padres tocaban pasodobles y bailes aprobados por los más mayores, pero de madrugada, cuando solo quedaban en la plaza los adolescentes, la orquesta tocaba temas desenfadados e incluso baladas lentas en las que conocer a los chicos del pueblo y canciones que te invitaban a ser más atrevida.

Conoció a su marido junto a los tonos de una canción muy popular y que con el paso de los años harían como suya, era su melodía, su canción, su momento, ella la ponía muchas veces para disfrutar de su compañía.

Ahora no quedaba nada de todo aquello, ni padres, ni marido, ni pueblo, tumbada en la cama del hospital, casi sin poder moverse, los dedos de los pies le parecía que se movían al ritmo de una música celestial imaginaria.


Clave de Sol

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