sábado, 7 de marzo de 2020

El maquillaje








Tenía multitud de cajitas y envases de maquillaje de varios colores, incluso dorado, a veces lo utilizaba.
Sabía maquillarse muy bien, desde pequeño había visto a su padre y a su madre utilizar los pinceles con absoluta maestría.
Necesitaba alrededor de una hora para estar listo, pues debía empezar protegiendo el cuello de la camisa con varios pañuelos de papel para no ensuciarla, después debía preparar su piel, echaba crema hidratante para que el maquillaje no lo irritara, la dejaba secar un rato, a veces se miraba  en el espejo  haciéndose preguntas y otras veces que estaba más animado aprovechaba ese rato  y se ponía los zapatos. Cuando ya se había secado la crema, utilizaba el maquillaje blanco, se embadurnaba toda la cara de blanco, seguidamente utilizaba el color negro para resaltar las cejas y con el pincel las hacía más anchas incluso con un ligero toque hacia arriba. Se pintaba los ojos oscuros y alguna vez se dibujaba en la mejilla una lágrima, hoy no la tenía que dibujar, le salían solas, malditas lagrimas, estaban arruinando su precioso maquillaje, no podía dejar de llorar. Por último pintaba sus labios de color rojo intenso y se dibujaba una boca sonriente, como si estuviera contento, ¡¡que gran mentira!!. Por último se ponía un sombrero con una flor.
Así llevaba más de veinte años, estaba muy cansado y muy solo, ahí mismo decidió que hoy sería el último día. Tuvo que salir cuando le  anunció el jefe de pista:
-         Con ustedes el gran, el único, el inimitable, amigo de los niños, nuestro querido payaso Dodó.
-          

Clave de Sol

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