En estos
tiempos de inquietud y desánimo, bien nos vendría pensar en el futuro, que tiene que ser mejor, sin
olvidar el pasado; donde el estudio, el pensamiento, el trabajo y la música nos llenaban la vida cotidiana.
“Me centraré en la música”,
la que yo conocía, la que me estremecía
y llenaba mis huesos de sonidos y en mis
oídos perforaban ráfagas de
letras, que con atención entraban dentro de mi el DO RE
MI FA SOL LA SI. Me eran tan familiares que me intrigaba de dónde
venían. ¿Era una forma de empezar una pieza con notas musicales?, ¿o la forma de vocalizar alguna partitura?
¡Suerte! Detrás de
mí una figura serena, delicada y con gran entusiasmo, marcaba las escalas y los
tiempos antes de empezar a ensayar todas las noches. Tengo el recuerdo de esa música que no
conseguía comprender, si lo que tocaban
era un FOX, un TANGO, un PASODOBLE, O UN
VALS.
¿Quien
puede tocar todo esto?
No adivino qué instrumento puede conseguir tanta armonía. ¿Una guitarra? No, la
guitarra tiene cuerdas y no aprecio su rasgueo,
¿una trompeta? Tampoco. ¿Pudiera ser
un SAXOFÓN TENOR?
HOY
la figura se ha convertido en músico, la veo más cerca, está preparando con gran
entusiasmo el atril donde poner la partitura. Con qué sigilo abre un maletín de cuero, por las
formas lo reconozco, ¡es cierto!, es un SAXOFÓN.
El maestro
empieza el ensayo y es cuando brota la alegría y comienza el espectáculo. Magistrales
sueños invitan a la creación.
Virpana