martes, 7 de abril de 2020

Silencio





            No sé cómo has nacido coronavirus, como te has desarrollado y llegado hasta nosotros, sólo sé del dolor y el llanto que estas causando a nuestro alrededor.

            Has sembrado el silencio. Nos has condenado al encierro en nuestras casas.

            Las calles envueltas en sombras y silencio, roto por los trinos del canto de los pájaros que sienten que la primavera ha llegado, sin hacer ruido uniéndose al silencio que nos rodea.

            Los arbustos de los jardines se han llenado de pequeñas florecillas, ofreciéndose a los ojos que las puedan ver.

            En los árboles de parques y jardines han empezado sus ramas a verdear y no tardando mucho serán las hojas que vestirán sus desnudos brazos.

            No hay niños jugando en la calle ni en los parques infantiles. No hay viejos tomando el sol al resguardo en los bancos de las plazas. Tampoco hay saludos en la calle como sucedía en un tiempo que ahora se nos antoja lejano y que ahora  añoramos.

            Nuestros hogares se han convertido en trincheras ante tu envestida, luchamos para que no entres en ellos y no siempre lo hemos conseguido.

            No sé cuándo terminará esta pesadilla en la que has convertido nuestra existencia y de quienes nos rodean, sólo sé que cuando esto pase, si es que pasa, nos parecerá despertar de un mal sueño cuyas heridas quedaran clavadas en todos nosotros.


I R I S

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