martes, 7 de abril de 2020

La claridad





¿Para qué sirve la claridad? Si  por lo menos alguien recordara, si
alguien súbitamente  acometido  recordara… la luz usada deja polvo de
mariposa entre los dedos y un gran viento recorre las calzadas,
he aquí nuestra ciudad.
Hoy es invierno. La claridad ¿Qué  sirve?
Nos acogen las calles conocidas y la tarde empezada,
los cansados castaños obedientes, cuyas hojas ruedan crujientes
bajo  los pies del que regresa, preceden, acompañan nuestro paso
bajo la  prematura  opacidad, del cielo que converge hacía su término.
Interrumpiendo a cada instante cruza lenta la multitud, mientras nosotros
olvidadizos, desfilamos calle de la llegada arriba.
Cada cual se asoma a sus cuarteles solitarios.
Estos fuimos nosotros. ¿Recordáis? La destreza del vuelo de las aves,
el júbilo, los juegos peligrosos allá en el fondo del jardín, el grito bajo el cielo
más alto que el follaje  y la muerte atisbada que espejeaba hacía fuera,
sin atreverme  a tomar ciertas calles, hacer marcha atrás porque alguien te mira,
cruzar la acera para esquivar un grupo numeroso…
Un terror intuitivo que nunca sentí en Barcelona, París y Roma;
heme aquí antipatizado y sin memoria, sin embargo no luce la hermosa
inseguridad de la mano magnifica Colossus.
 Eral lozano novillo tierno. De bien conocido cuerno.
Mal lunada la frente. Retrogrado cedió en desigual lucha.
Ah duro toro aun contra el viento armado.

  Quirón.

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