martes, 11 de junio de 2019

Me voy cuando tú llegas




         Me iré cuando tú vengas, le dice la primavera al verano que se aproxima mientras mira a su alrededor.

         Durante el tiempo que había durado su reinado  había contribuido a vestir de verde los campos. También había visto crecer las semillas de la siembra y entre ellas florecer las amapolas y margaritas. Los árboles frutales cubrirse de flores para después convertirse en fruto. Los pájaros hacer los nidos donde depositarían los huevecillos de donde saldrían los nuevos polluelos.  Las especies que durante el invierno habían invernado salían de su letargo para comenzar un nuevo ciclo.

         La primavera iba recogiendo los instrumentos que había utilizado y los fue guardando con cuidado en un saco sin fondo de donde los sacaría cuando llegara de nuevo su tiempo.

         Antes de partir miró de nuevo los campos. Los trigales habían cambiado el ver con el dorado lo que indicaba que pronto estarían maduras las espigas y comenzar la siega para recoger el trigo. Los sarmientos de los viñedos se habían cubierto de verdes hojas para dar cobijo a los nuevos racimos de uvas. También los  árboles frutales ofreciendo ya sus frutos. Durante su recorrido no dejaba de escuchar el cántico de los pájaros al abandonar el nido para emprender el vuelo.

         Cuando el verano llegó para tomar el relevo, la primavera le entregó el legado que le había entregado el invierno y deslizando su manto sobre las flores amarillas de las florecidas retamas se alejó dejando tras de sí una estela que marcaría de nuevo su regreso.


I R I S

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