Esta
tarde está lluviosa,
el frío hace presencia en la
calle,
la piel de la cara lo acusa,
los ojos lloran con el frío,
la mente invita a recogerse.
Después de una comida en
familia
lo más recomendado es pasear,
estirar las piernas y relajar
músculos,
caminar un rato y respirar,
y lavar la mente de sopores-
Caminando por las calles
nos encontramos con personas,
que son amigos o conocidos,
nos contamos cosas y casos,
y al final terminamos riendo.
Todo esto puede parecer una
tontería,
pero es muy sano y divertido,
un paseo en una tarde fría es
de valientes,
y si el valor lo mostramos
con los demás,
ellos nos ayudan a salir a la
calle.
Hacer en una tarde fría un
paseo,
es recobrar vida y valor
propio,
sentorse
útil y fuerte ante la desidia,
recobrar fuerzas perdidas en
el sofá,
y adaptar el cuerpo para el
sueño.
ÁNIMO QUE PUEDES.
Trotamundos
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