La sensación de cansancio de nuestra
vida rutinaria se acrecienta cuando nuestro cuerpo y nuestra mente empiezan a
entrever la llegada del estío. Esa necesidad de romper con lo monótono, la
cotidianeidad, lo obligado por las normas sociales y laborales.
Tenemos necesidad de quitarle la
pila al despertador, de dejar de ver las mismas caras todos los días, de no saber
lo que vas a hacer el lunes, el martes el..... Nuestra vida no se amarga gracias a
los paréntesis del verano.
No necesitamos grandes y costosos
cambios de vida. Con no hacer lo de siempre, aunque nos guste, y ser dueño de
tu tiempo y de tus decisiones unos cuantos días, nuestro cuerpo y nuestra mente
respira y se repara. A la vuelta estamos dispuestos a afrontar, con fuerzas renovadas, nuestra vida ordenada y normalizada.
En “Cómo suena la tinta”
también nos ocurre lo mismo. Aunque nuestra tarea es gratísima, ya que nos
vemos realizados tanto en creatividad, o exponiendo nuestra opinión, o
rechazando lo que no nos gusta de nuestra sociedad o plasmando los sueños no
realizados, necesitamos desconectar, como todos los años.
Nuestro agradecimiento a los que
entran en nuestro blog y se atreven a leer nuestros escritos. Nos gustaría que opinarais sobre los mismos, para saber si os son gratos o por el contrario no os
producen sensación alguna. Todo ello nos serviría para esforzarnos más, aunque
siempre respetamos la libertad de expresión de cada uno de los participantes.
Hasta luego.
Rabo de lagartija
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