¿QUIÉN ES PARA TI UN QUIJOTE?
Un Quijote para mí sería mi
madre. Nació en Badajoz, su aspecto físico era de buena presencia, era muy
guapa. Se casó en plena guerra civil española. Ella se refería a su matrimonio como una locura, ya que mi padre no tenía ningún compromiso con
ella.
Fue muy emprendedora y en plena postguerra
abrió una tienda en la que vendía productos básicos como: pan, aceitunas,
aceite y café.
Para surtirse
del café ejercía el contrabando. Sí, mi madre se hizo contrabandista; tenía una
cuadrilla de hombres que hacían esta labor. Esto tenía consecuencias y a veces
eran apresados…, perdían la carga y eran detenidos. Pero ahí estaba mi madre
para que ese tiempo de cárcel fuese
corto.
Debido a la mala situación de la época,
a la tienda iban familiares con pocos recursos económicos (entre ellos su
familia) y la compra que se hacía se apuntaba en una libreta. Os podéis
imaginar la cantidad que acumuló esa libreta.
Pero para mi el gesto más
grandioso fue cuando se enfrentó a mi exmarido. Hombre de pocas luces, que no
cumplía como padre y mucho menos como marido. En una de las discusiones y
reproches, ante un insulto de él hacia las mujeres, mi madre le dio una
bofetada. Vaya ésta por la que él me dio a mi y de la cual ella nunca se
enteró. Porque ¡ay de él! Si se hubiese enterado.
Lágrimas
Madres coraje
Todas las madres
somos madres coraje porque luchamos toda nuestra
vida por conseguir lo mejor para
nuestros hijos.
Siempre
intentamos que tengan todo lo que nosotras no hemos tenido y eso se convierte
en nuestro objetivo de por vida.
En mi caso ha
sido así. Por circunstancias de la vida, no me crié con mi familia biológica y
tampoco pude disfrutar de una formación que me permitiera ganarme la vida con
trabajos que no fuera en el campo, cosiendo en casa para la gente y en casas
particulares.
Por eso, cuando
tuve mis hijos mi primer objetivo fue el que tuvieran una madre que los cuidase
y protegiese para siempre. Mi segundo objetivo fue el que tuvieran oportunidad
de ganarse la vida con su trabajo, pero que no tuviesen que hacer un esfuerzo
físico tan fuerte como los que tuve que hacer yo durante toda mi vida. Y lo he
conseguido: mis cuatro hijos han estudiado y han encontrado trabajo, cada uno
en su especialidad.
Eso me llena de
orgullo, ya que, desde que eran pequeños, he estado pendiente de hablar con sus
profesores, de ayudarles, de esforzarme económicamente cuando lo han
necesitado. Nunca ha faltado para sus estudios porque lo más importante era el
colegio y estudiar.
En un pueblo, las
posibilidades no eran más que el trabajo de campo, así que quería que mis hijos
salieran de allí para conseguir un futuro mejor. Ahora vivo cerca de dos hijos.
Y también he
conseguido mi otro sueño: ir al colegio de nuevo y aprender mucho.
Sigo ayudando y
apoyando a mis hijos en todo lo que puedo. He intentado transmitir a mis hijos
mis valores, para que ellos también se los transmitan a los suyos.
IsaBed
UNA VIDA DE MUCHAS FATIGAS
Soy de un pueblo
de Toledo, Méntrida. Me quedé sin padre cuando tenía 3 años, éramos 6 hermanos. Mi madre no podía cuidarme ni aconsejarme, era pobre y era
analfabeta. Se murió ciega a los 50 años.
A
los 5 años me mandó a a trabajar de
pastor con unos patronos. Me pegaban con una vara o con el cinto, por las
travesuras que yo pudiera hacer.
Yo vivía en una
choza y me dejaban solo a dormir.
Cuando tuve 14
años me busqué la vida y me puse a trabajar de albañil.
A los 17 años me
vine a Madrid y seguí trabajando en la construcción.
Conocí a mi mujer
en los bailes que había antes en Usera.
Si Cervantes se
asomara por la puerta de la clase tendría para escribir por lo menos otra
novela.
Nuestra
mayor aventura es venir a la escuela,
conocer la cultura, el mundo de las
letras, poder leer, escribir y aprender. Nuestras armas, los cuadernos, los
libros los lápices y los bolis guiados por nuestros profesores que siempre nos
dan ánimo y nos ayudan. Nuestro caballo la ilusión con la que venimos y
nuestros molinos gigantes la H ,
la B , la
V y las cuentas de dividir,
con las que nos enfrentamos cada
día para ganar esa batalla.
Nico
YO CONOZCO UN QUIJOTE
En un lugar de Madrid cuyo nombre puedo decir, mora un
caballero que, sin capa ni espada,
camina aventurero.
Quijote del siglo XXI solo hay uno. Es valiente, tenaz,
carismático, compositor de sonrisas en momentos oscuros, un torrente de fuerza
y vitalidad que revive las ganas de andar el camino soñado y no mirar atrás. De
cuerpo esbelto como si de un ciprés se tratara, de rostro alegre y bonachón, con
una mirada profunda que emana vitalidad de sus ojos esmeralda.
De mente abierta, aunque carente de cierta cordura. Un
hidalgo español de gran corazón dispuesto a sufrir por los demás, a salir del
tan gustoso círculo de la comodidad sin pedir nada a cambio; su ayuda es
entregada, sin condición, educa y aconseja con pasión a la gente en mala
situación.
Si librara batallas y aventuras, recorriera el mundo de punta
a punta, se enfrentara a situaciones desesperadas, aquí tendría un sobrino
escudero que sin pensar motivo alguno prestaría su ayuda sin condición.
JuCar
EL NOBLE CABALLERO QUIJOTE
QUE YO CONOZCO
Lo he
elegido porque aprendí de él, como Sancho de Quijote, el hombre que me dio
forma y valores, hablo de mi padre.
La razón por
la que elegí a mi padre y no a mí mismo es porque yo no podría tener valores si no hubiera aprendido de él.
Su paciencia es única y su bondad
absoluta. Hay cosas que se me han quedado grabadas a fuego
porque él las hizo. No me concentraré en su físico porque esto va de por qué le
admiro.
Mi
padre y yo somos parecidos, o eso dice la gente. Tiene cabello oscuro y ojos
color almendra, es robusto como un toro y sólo necesitas ver su rostro para
saber que es un hombre bueno. Es el hombre que no puede dar la espalda a un
mendigo, que dona sangre porque no puede donar su corazón, mi padre aguanta
cualquier cosa que tu puedas hacerle, porque no puede enfadarse y si se enfada
te perdona sin dudar.
Es valiente porque en la peor situación ha tomado
buenas decisiones. No es materialista porque vendió sus posesiones más
preciadas para protegernos y proteger a su familia. Y aunque signifique sufrir
mucho, él siempre luchará para que yo sea feliz. Él tiene el poder para
enfrentarse a gigantes porque nunca se rinde pase lo que pase, y siempre hace
el bien con una buena sonrisa en los labios. Verle enfadado significa haber
cometido un error, y aunque me tuerza o haga algo mal, él dejará la furia a un
lado si decido volver al buen camino. Yo soy el escudero que casi siempre le
acompaña y aprende sin parar del caballero más bondadoso.
SeMoMo
No hay comentarios:
Publicar un comentario