ERASE UNA VEZ…
Erase una vez un pueblo que, tras
años de esfuerzos y sacrificios, había conseguido que sus habitantes vivieran
confiados con el futuro que se abría ante ellos. Atrás quedaba el recuerdo de
una guerra, el desgarro producido por el enfrentamiento entre sus habitantes. Las
heridas del alma quedaron en lo más profundo de ellos, heridas en ocasiones
perdonadas pero no olvidadas
.
El tiempo pasaba. Una parte de los
vecinos del lugar emigraron a otros pueblos en busca de un medio de vida y así
mejorar las de sus gentes. A los que marcharon no les fueron fáciles los
trabajos que les ofrecían y muchos de ellos dejaron los mejores años de su vida
en otros lugares.
Llegó un tiempo en que nuevos aires
llegaron al pueblo. Era como una gran burbuja que lo cubrió todo. Sus
habitantes, esperanzados, se entregaron a los nuevos vientos. El trabajo
brotaba. El espacio se llenaba de voces que les animaban
a elegir a sus representantes. A cambio conseguirían prosperidad y libertad de
decidir.
Las Universidades se llenaron de
jóvenes estudiantes, ilusionados por conseguir un título universitario, que antes le había sido negado a los que no
tenían dinero para pagarlo.
Los emigrantes regresaban a sus casas. Traían
con ellos sus ahorros de todos los años de trabajo.
Los años iban pasando y la burbuja
crecía y crecía. Los dirigentes que alimentaban, cada día que pasaba, se iban
alejando de aquellos a los que habían ofrecido sus servicios. De repente un día la burbuja explotó y los
restos cayeron sobre el pueblo sumergiéndolo en un futuro incierto. El trabajo
se esfumaba. Las Universidades se iban vaciando de jóvenes que no podían pagar
sus estudios. La sanidad sufría recortes.
El dinero que tanto había costado ahorrar se perdía en algo llamado
“preferentes”, Y así, paso a paso, el pueblo se empobrecía y los promotores de
la burbuja se enriquecían.
SOSPECHABA
Desde muy pequeño,
sospechaba que España era grande y poderosa. Lo de grande lo comprobé
recorriendo sus pueblos y ciudades, lo de poderosa, es algo que hay que
matizar.
¿Si
es poderosa en economía? Yo creo que sí, pues hay que ver la cantidad de ricos
que, cada día, la prensa nos descubre. Hay tantos que se pierde la cuenta, pero
ellos sí que cuentan.
Siempre,
en mi mente, existía la duda de cómo se podía conseguir que unos tuvieran tanto
y otros tampoco, pero ahora, ya no tengo ese problema, porque todos los días,
los medios informativos nos presentan los logros de cada uno de los que se han
hecho ricos y, de que manera lo han conseguido.
Los
hay de todos los colores, de todas las tallas, feos y guapos, altos y bajos,
simpáticos y rudos. Lo que se dice todos y todas. No se libran los banqueros,
constructores, secretarios, alcaldes, concejales, ministros, sindicatos,
sindicalistas, hijos, yernos, primos y hermanos. Vamos, que el que diga que no
conoce a un corrupto, es que está ciego y sordo, o que tiene que callarse ante
la tormenta que le puede caer encima.
España,
es verdad, puede que sea la nación más rica del mundo, a juzgar por la manera
que algunos tienen para hacerse ricos y durante tantos años. Porque una nación
pobre no podría haber aguantado tanto.
El día que cada uno se gane lo que come,
todos estaremos mejor. Difícil es el reto, pero puede que algún día se haga
justicia y España funcione.
EL CONTRATO SOCIAL, ROTO.
Viendo lo que está pasando, ya no sé
si el Gobierno de la nación, así como el de mi pueblo, no recuerda, como nos
regíamos en democracia.
Convivíamos en comunidad y en paz. Y
para que eso fuera así, tácitamente se produce aquello que suele conocerse como
“contrato social”, en los que la ciudadanía depone parte de su acción
individual y la delega en el Estado, es decir, en el Gobierno de turno.
Mientras que éste, el Gobierno, se compromete a otorgar a los ciudadanos una
serie de libertades y derechos como son la educación y la sanidad pública, un
trabajo y salario digno, etc. todo lo relativo a la sociedad del bienestar, que
aunque en precario nos pertenece.
Y lo único cierto que tenemos en
febrero de 2014 es, que el Gobierno del PP. Y el de nuestro municipio, en este
caso, han hecho trizas el “contrato social”.
Dos años de recortes y leyes
represivas y por las bravas, ha dejado a la población afectada como si le
hubieran dado un mazazo, está noqueado, no ha reaccionado al maltrato inferido,
como si no pudieran creer lo que les pasa. Pero poco a poco se van
desperezando, despiertan y lo que descubren es que han sido engañados. Las
autoridades, han dejado en la ruina a la población, y las privatizaciones, al
Estado lo han llevado a la UCI.
Mientras el pueblo obrero pasa
hambre, y el Estado está agónico. El Gobierno se reúne en una villa castellana
y nos muestra su comunicando con gran complacencia
“nos hemos salvado nosotros, nadie nos ha rescatado” ¡Aleluya! y sonríen
satisfechos de tamaña hazaña. ¿Cuántos millones de € debemos a Europa y a qué
precio? El Estado recibió ese caudal de
millones para salvar a los ricos. Y los pagaremos todos.
Mientras en mi pueblo y a la misma hora, se pone en marcha una manifestación bien
concurrida y variopinta: ancianos, bebés en sus carritos, sus hermanos y padres,
y muchos jóvenes. Transcurría durante
dos horas pacíficamente, a parte de pitos, flautas y cánticos varios.
Yo estuve acompañándolos, era una queja
general, con pancartas contra el paro que no cesa de subir en el municipio; contra
el trato a los jubilados; contra la concejalía de educación, que volvió a
mandar el cese a dos educadores de la escuela de adultos, sin otro aviso que la
orden del viernes 31/1 para que no se presentaran a trabajar el lunes 3/2 siguiente, (igual que hicieron en el
comienzo de curso en octubre) e igual que entonces, cientos de jóvenes alumnos,
y no tan jóvenes, se quedarán colgados y sin la educación que necesitan. (Son modos muy poco éticos, incluso se les podría
denominar de autoritarios); también contra Coca Cola, por las 700 personas que
pretende echar en las localidad cercana, y como no, acompañando a los basureros
del municipio que llevan 15 días sin recogerla, por miedo a la privatización y
al despido.
El problema de la población afectada
por la política neoliberal del Gobierno, que somos la mayoría, es que al
despertar se da cuenta que está privada de los derechos que tenía, ya no hay
“contrato social”, se lo han robado a
“la chita callando” y tienen las manos vacías y caen en la cuenta de que nos
han tomado por tontos y ¡oiga! de tontos nada, si se han cargado el concepto
“contrato social” hay otro concepto viejo, la “desobediencia civil”, que en una
democracia que se precie nunca sería necesaria porque el Gobierno nunca hubiera
puesto a su pueblo en este brete.
El Gobierno interrumpe nuestros derechos y nosotros nos
manifestamos para que se nos escuche, no para que se nos pegue, porque al final
llegaron los folloneros y las violencias. El alcalde se enorgullece de la
policía, pero no debe saber, según se dice, que fueron golpeadas y detenidas
varias persona y también fue golpeada por la policía una niña de 5 años, ya que
no salen en noticia alguna. Claro que será como dice su madre, la niña todavía
no paga a hacienda…
IBSEN, en su obra de teatro “El enemigo
del Pueblo” nos deja una moraleja. Para el autor, el enemigo más peligroso de
la razón y de la libertad, a veces, es la “mayoría” porque tiene la fuerza, pero no tiene la razón.
El Gobierno de nuestro
municipio tiene mayoría, pero no tiene la razón.
LOS
CIUDADANOS MERECEN ALGO MÁS
¿Qué está pasando? El mundo se ha vuelto loco. La crisis está
destapando tantos casos de corrupción que esto huele a podrido. Son tantos los
casos que tirando poquito a poco del hilo van surgiendo
más y más. La mayoría peces gordos que extienden sus tentáculos para defenderse
de la justicia y salir lo más airoso posible. No importa que se incapaciten a
jueces que ejerzan su profesión. Es triste que vivamos en una sociedad que no podamos
confiar en los que la dirigen. Los corruptos merecen la cárcel ya que han metido sus sucias manos en las
arcas del estado o del estamento que sea. ¡Basta ya! Que devuelvan al estado todo lo que con malas artes han robado. Con
este dinero no haría falta tanto recorte. Por otro lado son despidos a personas
que pierden la manera de seguir viviendo dignamente. ¿En que se está
convirtiendo este país? En una
interminable lista de parados que mendigan un puesto de trabajo que no llega;
que cuando surge no merece la pena porque han quitado la mayoría de los
derechos que hasta hace poco estaban
vigentes.
MI PUEBLO
Quiero
felicitar a todos los ciudadanos que, democráticamente, han votado al partido
que gobierna actualmente nuestro pueblo. ¡Por fin tenemos un programa liberal
que estabilice la crisis que padecemos!
Con su
sentido de ahorro del gasto, de eliminación o externalización de servicios
superfluos, de unos impuestos actualizados y reajuste de personal innecesario, han
logrado que los presupuestos del ayuntamiento dieran incluso superávit en el
ejercicio pasado.
No
comprendo como todavía quedan paisanos míos inconformistas, que no están de
acuerdo con las medidas adoptadas. Algunos, se quejan de la precariedad de los
parados, de la inexistencia de ayudas a los enfermos, a los que no pueden pagar
sus hipotecas, a los que no pueden llevar a sus hijos a la universidad, a los
que no pueden divorciarse porque los arruinaría el juicio, a los que
parasitaban por los centros culturales en actividades lúdicas nada lucrativas,
a los que veían sus parques, jardines, calles y plazas como los chorros del oro.
¡Qué despilfarro inútil!
¿Y los que
han protestado hasta la saciedad porque iban a instalar un paraíso para los
ludópatas, los aficionados a viajes con sustancia o a relaciones terapéuticas
con otros seres humanos? No se dan cuenta del progreso que tendría nuestro
pueblo, al tener tan cerca esa vida cultural y social de élite.
Los de mi
pueblo, sobre todo los menos afortunados, quieren que se cree empleo estable,
porque creen que con ello se podrán pagar más impuestos, más desempleo, más
seguridad social pública, más consumo, más reparto de la riqueza. ¡Qué ilusos!
Quieren llevar la vida de los que nunca han estado ni estarán con la espada de
Damocles amenazando su porvenir. Quieren comer y disfrutar de lo que está
prohibido para los sufridos. Y ya el colmo, ¡quieren volver al estado del
bienestar que tenían antes de la crisis esa, motivada por la concesión de
créditos basura, pelotazos inmobiliarios e infravaloración del suelo (dicen los
que no entienden de macroeconomía)!
Siempre ha
habido ricos y pobres. Los ricos siguen siendo minoría y su trabajo les cuesta
mantenerse e incluso superar su riqueza. Los pobres creen que se llega a rico
sin esfuerzo, sin tener en cuenta los medios para lograr su riqueza. No
entienden de parámetros económicos basados en una estructura homogénea de
presupuestación con variables coyunturales de predicción del mercado global.
La verdad
es que me gustaba mi pueblo antes de esta ciclogénesis explosiva que padecemos
hace unos años. Salías a la calle, saludabas a todo el mundo, palpabas la
felicidad, veías porvenir para tus
hijos, a los que no les faltaban colegios, polideportivos, actividades
culturales. Las tiendas de toda la vida daban trabajo a muchos del pueblo y el
consumo movía la economía local.
Tendremos
que esperar hasta el 2015 para ver si han dado frutos los esfuerzos del
gobierno actual, que dicen que ya están arreglando el déficit económico de la
localidad, y a ver si les da tiempo en esta legislatura para arreglar el
déficit económico de los ciudadanos, que ya toca. Hablarán las urnas.
CUENTO CORTO DE
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del
mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en
su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su
hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El
científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a
otro lado.
Viendo que era
imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de
distraer su atención. De repente se encontró con una revista, en donde había un
mapa con el mundo, justo lo que precisaba.
Con unas
tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo
entregó a su hijo diciendo: “como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el
mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”.
Entonces
calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.
“Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio
el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera
conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el
científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el
trabajo digno de un niño.
Para su
sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en
sus debidos lugares.
¿Cómo era
posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con
asombro a su hijo: “Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
“Papá”,
respondió el niño; “yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa
de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un
hombre. Así que di la vuelta a los recorte y comencé a recomponer al hombre,
que sí sabía como era”.
“Cuando conseguí
arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado el mundo”.
CÓMO SUENA LA TINTA
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