miércoles, 6 de marzo de 2013

La caja de la cera



SI TÚ ME AYUDAS, YO TE AYUDO.
SI TÚ ME APOYAS, YO TE APOYO.
SI TÚ ME COLOCAS, YO TE COLOCO.
SI YO ENGORDO, TÚ ENGORDAS.

         Todos en la vida sufrimos mucho para llegar a lo alto. Gracias a los apoyos que cada día tenemos de personas que nos dan su confianza, logramos que todos seamos más felices. Eso sí, unos más que otros.

Hay personas que se pasan el mes con 600€ y otros con 700€, y son felices y no se quejan como otros, que ganan 2.000€ y más y que, además, no paran de protestar por todo.

Si algunos supieran lo difícil que es gobernar, no darían tanto la lata. ¡Qué sabrán ellos de las cosas que pasan dentro de un gobierno!

Tantas bocas que tapar, tantos favores que pagar, tantas promesas que cumplir. Anda que no es difícil tener contentos a tantos y tantas.

Si supieran la cantidad de viajes que hay que hacer, tanto a Bruselas como a La Haya, a Suiza y otros sitios que es obligado realizar para el día de mañana. Porque en la vida hay que pensar en el mañana. Digamos que es como el que hace la matanza para que le dure todo el año.

Lo de estar en la cumbre no está al alcance de todos y eso de subir a lo más alto, hay que pagarlo muy caro. Se necesitan muchos bastones en los que apoyarse, y luego los bastones necesitan cera para que estén brillantes, y según sea el bastón, así hay que darle la cera que necesite. Claro está que hay bastones que cuanta más cera les das, más quieren, y así no hay tantas abejas para producir tanta cera, y un día, la caja de la cera se rompe.

Trotamundos

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