No es
que la tierra se esté resquebrajando ni que pueda llegar otra gran explosión.
Lo que sí puede ocurrir es un cambio total en la forma de comportamiento humano
a la hora de tomar decisiones de gobernabilidad, ya que los pilares están
aguantando más de lo que es razonable. Y ahí está la razón de la razón.
En
España hay 6 millones de pilares que se rebelan contra todos los gobernantes,
sea cual sea su ideología, y que, por la causa que sea, no han acertado a poner
las cosas en su sitio y por eso, se tambalea la gobernabilidad con la que,
hasta ahora, se ha estado ejerciendo.
Los
pilares aguantan y aguantan. Pero cuando ya no se puede más, todo se derrumba.
Y cuando hay derrumbe, a todos les hace daño, sea la clase que sea, porque los
pilares lo peor que aguantan es la carcoma. Esa que no para de roer y roer, que
apenas hace ruido, pero que acaba con todo y entonces el imperio se viene
abajo. Son muchas las carcomas, las termitas, los topos y pájaros carpinteros
que atacan los pilares, sin pensar en el mal que hacen, y cuando llega el
antídoto, el gusano muere pero el mal ya está hecho.
Más
de 6 millones de pilares, y otros muchos millones de soportes y estructuras,
están temblando ante la cantidad de pájaros carpinteros, que frecuentan lugares
tan apetitosos para llenar sus barrigas, con el amparo de aquellos que se creen
dueños de algo, que pertenece a todo un pueblo. Un pueblo que un día les dio su
confianza, y que poco más tarde vieron cómo la confianza se tornó en desencanto
y en fraude, por la falta de vergüenza y honestidad con los que un día les
pusieron en tal lugar.
Los
pilares ya se tambalean. Ya no está claro el plomo que les hace tan fuertes y
resistentes. Hoy los pilares ven con recelo por la izquierda, por la derecha,
por el centro, por delante y por detrás. Y el susto es tan grande, que ya se
parece a la Torre
de Babel.
Trotamundos
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