Las campanas de la torre de la iglesia
anuncian la misa festiva que se celebrará en breve. La gente peripuesta
acude en masa arropando a los niños que
han celebrado su primera comunión este año. La iglesia se llena de voces y murmullos
y las risas frescas de los niños. Saludos a conocidos, familiares y amigos. Es
una fiesta grande y acude todo el pueblo.
Suenan las dulzainas y el tamboril que
acompañan a la corporación municipal, al sargento de la guardia civil, y las
damas con su reina y los mozos del año, todos ellos quintos. El cura sale a
recibirlos y entran con pompa en la iglesia, llenando los bancos reservados
cerca del altar.
La ceremonia religiosa transcurre según
los ritos de la iglesia católica. Leen las damas y los niños de comunión. Canta
el coro canciones conocidas por la feligresía. Pasan el cestillo los propios
niños de comunión. Celebran la eucaristía y se llega al sacramento de la
comunión donde niños, jóvenes, adultos y mayores participan con devoción.
Al final de la misa el cura coge entre
sus manos, envueltas con la capa de celebración, el cuerpo de Cristo,
consagrado y guardado en la custodia, y sale en procesión fuera de la iglesia,
bajo palio. Al son de la dulzaina visita los distintos altares que algunos
fieles ponen a la puerta de sus casas, adornados con lienzos bordados, manteles
y mantones de Manila. Encima de una mesita se ponen flores, una imagen o
escultura representando a Jesús o a su Madre, y una jarra de agua con vasos que
será bendecida por el cura y de la que beben niños y mayores. Mientras reza el
sacerdote frente el altar, los niños echan pétalos de flores y cantueso por
encima y alrededor del altar. Música, canciones y rezos, van dando la vuelta al
pueblo hasta que se visitan todos los altares y se termina de nuevo en la
iglesia con los últimos rezos.
Una vez terminado el acto litúrgico,
una lluvia fina empuja a todos los feligreses a los bares de la plaza para
terminar la celebración y luego ir a comer a sus casas, junto a sus familias que
se suelen reunir en estas fechas. En el campo la primavera recrea el paisaje
con su colorido.
Rabo
de lagartija
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