El
altiplano es un paraíso burgalés, tocado por un clima benigno
para las
cerezas o las uvas, y con el agua fresca y comedida del río Arlanza.
Santo
domingo de Silos está cerca de Covarrubias.
La
oración de sus monjes se convierte en canto gregoriano
que
transmite a esta tierra sosiego, energía y sobriedad.
Así son la comarca, sus personas y paisajes:
Tierra pura y sin
aspavientos.
Aquí los
viejos viñedos de tempranillo y garnacha le dan a la tierra
felicidad
y alegría sin perder la rusticidad ni el espíritu montaraz de la zona.
Hay sabinas y sus frutos en el suelo con el recuerdo
de una taza de
chocolate negro en la mano.
A ratos asoma la frambuesa, a ratos el arándano negro.
La parte umbría del bosque se esconde aquí, entre el
verde
y el azul oscuros,
cuando el sol apenas penetra.
Ciruelas y picotas ácidas reciben el matiz de la
delicadeza y la amabilidad
e invitan a un trago que se convierte en vibrante con las
horas
.
Son sensaciones y aparece el monte cubierto de arbustos y
plantas aromáticas, y él también huele un poco de laurel,
otro poco de tomillo y orégano y ese toque leve pero
mordaz del grano de pimienta salvaje.
QUIRÓN
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