El
sonido de un revuelo llegó hasta el interior de la habitación. Guiada por la
curiosidad de descubrir qué lo había producido, hizo dirigirme hasta la ventana
y mirar al exterior. A través del
visillo pude ver en una de las jardineras una paloma que iba y venía entre las
plantas, al tiempo que picoteaba las verdes hojas.
Durante
un tiempo estuve observando su ir y venir, procurando que ella no detectara mi
presencia y levantara el vuelo. También podía ver cómo, mientras picoteaba la hierba, dirigía su mirada hacia
la ventana, dispuesta a levantar el vuelo a la menor
señal que representara un peligro para ella.
Mientras
estuve siguiendo sus movimientos, recordé que hacía ya un tiempo, otra paloma
recorría las jardineras donde florecían las petunias, dejando entre las flores
la huella donde descansaba cuando caía
la noche. Una mañana, al salir a la terraza, la paloma seguía tumbada sobre la
cama formada entre las flores. Al verme, ésta levantó el vuelo hasta la farola
cercana y desde allí observaba mis movimientos, en espera de mi marcha para
volver a posarse en el mismo lugar
.
Después
de esperar un tiempo por si ella volvía
y en vista que esto no sucedía me aleje de la ventana.
Quizás
una mañana, de manera inesperada, volveré a escuchar el revuelo de la paloma.
I R I S
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