miércoles, 16 de octubre de 2013

El valor del NO


Me gusta la palabra “NO”, cada vez la uso con más frecuencia y creo que es una palabra que se utiliza demasiado poco, por eso nos va como nos va. Si sentimos que tenemos que decir NO y no lo hacemos,  algo nos corroe por dentro y eso hace que nos  sintamos  a disgusto.

Últimamente observo que a nuestra sociedad le cuesta decir ”NO”.  Parece que nos estén tomando el pelo, empezando por nuestros gobernantes que con la escusa de haber ganado las elecciones nos  sorben hasta el tuétano sin ningún miramiento y con una cara dura impresionante.

Ante nuestra cobardía, estamos dejando que nos arruinen, no sólo a nosotros sino también a nuestros hijos y a este paso hasta a nuestros nietos, porque  como esto continúe así, harán falta varias  generaciones  para recobrar lo  que conseguimos con mucha lucha y esfuerzo y  que éstos, a golpe de decretazo, se están cargando ante la impasibilidad de la mayoría.

¡Aunque luego nadie está contento! Sólo hace falta escuchar  algunas conversaciones en la cola del mercado, esperando la cita para el médico o cuando viene el recibo de la luz. ¡Pero nadie hace nada! O al menos muy pocos.

En cuanto a las ideologías, se están banalizando, metiendo a todos en el mismo saco, ¡y claro que viendo el espectáculo que dan algunos políticos no me extraña! Los votantes de la izquierda están muy cabreados, algunos de la derecha desencantados, los  pequeños empresarios asfixiados. Los únicos que están contentos son los grandes empresarios que, aprovechando el  tirón, se están forrando explotando a sus trabajadores y orgullosos de dar trabajo, ¡pero qué trabajo! También están contentos los ladrones legales que con toda su cara dura tiran de tarjeta Oro o reciben sobresueldos a costa del contribuyente.

Luego está el amiguismo, que utilizan los que llegan al poder. Su estrategia es quitar a una persona válida para poner a un amigo o familiar aunque no sepa hacer ni el huevo. Menos mal que de vez en cuando hay alguno al que no se le cumplen sus expectativas y tira de la manta y por eso nos enteramos.

También están los bancos, ¡que esa es otra! ¿Qué le deberán los partidos políticos para que sean intocables? Incluso cuando, para enriquecerse escandalosamente en nuestras narices, roban los ahorros a unos pobres confiados o echan de sus viviendas a quienes no pueden pagar esas hipotecas tan abusivas que ellos concedieron  a gente, a sabiendas que no las podrían pagar.

Estamos aguantando demasiado sin decir “NO”, pero que se anden con ojo que todo tiene un límite. Y mucho  cuidadito con bajar demasiado las pensiones, que cuando el abuelo no pueda mantener al resto de la familia se puede armar la gorda. Yo que “ellos” pagaría muy bien a los guardaespaldas y miraría antes de cruzar la calle, porque siempre puede salir algún descerebrado que antes de  suicidarse, se lleve por delante a más de uno y luego a lamentarse. No solo hay que salir a celebrar que ha ganado nuestro equipo, ¡que también!, hay que salir para que nos devuelvan lo que es nuestro y hemos conseguido con mucho esfuerzo.
Siempre se ha dicho que más vale un” NO” a tiempo y ese tiempo es ahora.

Quejío

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